lunes, 30 de noviembre de 2015

ARDIERON LAS ÚLTIMAS CORONAS DE HIELO BAJO LOS ÁRBOLES


ARDIERON LAS ÚLTIMAS CORONAS DE HIELO BAJO LOS ÁRBOLES

Ardieron las últimas coronas de hielo bajo los árboles
confiadamente los arbustos muestran
sus corazones verdes

En el río valientes nudistas
ofrecen al sol
sus pálidas vidas

Qué indefensos y frágiles son

Por los ancianos de los bancos no hay que temer
Ya no sueñan con la felicidad, temen perderla después,
no llaman en balde a la perdición


Viola Fischerová- República Checa


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domingo, 29 de noviembre de 2015

TRAS EL ABANDONO, LOS INTERROGANTES



TRAS EL ABANDONO, LOS INTERROGANTES

Se fugaron los mares,
las sombras se comieron los huesos de la fuerza y me dejaron
insegura al trayecto concluyente.

Han emigrado los vuelos y estoy en tierra
rastreando el “porqué” del diccionario
del tiempo.

En esta alborada se paró el reloj del despertar
y arrebujada en el nórdico me hundo en él
porque me cuesta regresar a los interrogantes que me asedian.

Sigo sin ganas a la vertical de la duda,
a recorrer el círculo donde comienzo y término se unen
para ser siempre el punto que recorre galaxias,
estelas de silencio que dibujan ausencias donde viven
nostalgias y miradas cómplices.

Somos huérfanos de los días,
vamos perdiendo la sal,
el agua que mantuvo los pétalos del cuerpo.
Se van secando los ríos internos
y la energía regresa a su origen.

Allí, los que adelantaron sus pasos,
no prodigan señales
y, hundidos en la duda,
seguimos la mejor senda,
la que nos devuelve a la tierra viva
para saborear azucenas y lirios
y acariciar y ser acariciados por la verdad de los afectos.



Pilar Morte- España


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viernes, 27 de noviembre de 2015

POEMA DE KONGDEUANE NETTAVONG



POEMA DE KONGDEUANE NETTAVONG

Amo a mi madre
Ella no era sólo una buena mujer
En mi vida fue una gran maestra
Una profeta inspirada cuando tuve pensamientos negativos
Estaba calificada para ser el remedio para mis pecados
Oh mi querida madre
Mi madre no era sólo una buena trabajadora
Lo hizo todo por mí
Y al tiempo enseñó cómo se hace todo
Oh mi madre, eras KUAN YIM* para mí
Oh mi querida madre
Mi madre no sólo me dio la vida
Era una persona tan amada por mí

Era una sombra que me seguía a cualquier lugar
Blindándome y protegiéndome como un cactus
Oh mi querida madre
Mi madre no era sólo una fuerte protectora
Muchas veces la guerra vulneró nuestra ciudad natal
Mi madre nos protegió y nos mantuvo a salvo en las cuevas
Las bombas explotaron muchas veces a nuestro alrededor, pero sobrevivimos
Oh mi querida madre.

* (reencarnación femenina de Buda)

Kongdeuane Nettavong- Laos
Traducción de León Blanco
con la colaboración de G. Leogena

________________________________________

Kongdeuane Nettavong   nació en la provincia de Xieng Khounag, Laos, el 7 de junio de 1947. Es poeta, ensayista, editora, periodista, narradora y música.
Ex directora de la Biblioteca Nacional de Laos, en Vientiane, la capital de Laos. Obtuvo una Licenciatura de Artes en Geografía en la Universidad de Laval, Quebec, Canadá, en 1970 y una maestría en Archivos en 1974, en Saint Cloud, París, Francia.

ENTRELAZADAS


ENTRELAZADAS


Mi soledad
unida
a tu soledad.
Hubiese sido posible nunca conocerse
Y aún encontrarse.
Han recorrido juntas
un solitario bosque
de ofrendas
con incontables brazos
alzados al cielo.
Ronda de árboles milenarios
nuestras soledades
tiernas y frescas
como los hongos.
Juntas han visto el mar
el voluptuoso mar,
meciéndose en el columpio
de sus propias caderas,
eternamente,
penetrando y saliendo de sí mismo
sensual como los caracoles.
Mientras más colmado de ríos,
más sediento,
más solitario.
Ociosas se han encontrado nuestras soledades,
ociosas se han besado con los ojos.
Porque el tiempo no ha sido capaz de separarlas
en “antes” y “después”.
Aun así, cada una
Permaneció, luego,
¡más sola que antes!





Carolina Ilica- Rumanía
Traducción: Dinu Adam
Versión: Raúl Jaime




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Carolina Ilica nació en 1951 en Vidra, Rumania. Es poeta, traductora y periodista. Es Vicepresidente de la Fundación Academia Internacional Oriente-Occidente y Directora Artística del Festival Internacional de Poesía Noches de Curtea de Arges en su país. Ha publicado nueve libros de poemas y ha ganado premios nacionales e internacionales como poeta y traductora. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, francés, italiano, turco, macedonio, albanés y español. Es una de las más importantes poetas rumanas contemporáneas.


Fotografía: Retrato de Carolina Ilica


jueves, 26 de noviembre de 2015

AQUELLAS MUJERES





AQUELLAS MUJERES

A Carilda Oliver Labra


Desde hace tiempo

he vivido como “las otras”.

Aquéllas a quienes

yo veía de re-ojo,

mirarlas sin querer mirarlas,

sólo su presencia audaz y sensual

me provocaban sonrojo.


Aquéllas que hacían su propia vida

sin dejar que la sociedad

les exigiera una conducta de normas.


Ayer yo fui como aquéllas.

Pasándome varias horas

viviendo fuera de las reglas


pero dentro de una paz

que da vivir a lo que quizás

se desvanezca mañana,

una pasión viva

que me hace vibrar

sin disculpas.


Ayer yo construí

una hoguera en otra cama

una hoguera que no mata

sino da vida,

enciende las venas

apurando el ritmo de un corazón

temeroso de latir.


Esas mujeres, “aquellas mujeres”,

ya jamás las miraré de re-ojo

sino a los ojos

porque habré aprendido a ser yo

sin pedir disculpas

al volverme mujer

con letra mayúscula.


Alicia Zavala Galván- Cuba
El poema fue tomado del libro "El espacio no es un vacío", incluye todos los tiempos editado por Nela Río. Publicado en 2010 por Broken Jaw Press.




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Alicia Zavala Galván. Poeta, narradora, dramaturga, traductora literaria e investigadora. Ha publicado seis colecciones de poesía, la mayoría bilingüe. Su obra más reciente, Sensual Satín / Seda Sensual, es una colección de poemas eróticos. La mayor actividad de Galván se ha centrado en la monja poeta feminista del siglo diecisiete de México, Sor Juana Inés de la Cruz. Ha traducido la Autodefensa Espiritual y ha escrito, producido y presentado una obra de teatro sobre los últimos días de Sor Juana. Asimismo ha incursionado en la pintura y la edición. Sus obras literarias y escolásticas en inglés y español han sido presentadas ante audiencias populares y académicas en los Estados Unidos, México y América del Sur. Galván ha traducido al inglés, entre otras, poesías de Delmira Agustini, Alfonsina Storni y la poeta cubana contemporánea Carilda Oliver. Participa en numerosas exposiciones de Poemas Póster y Recitales internaciones. Varias veces miembro directivo de National Coalition of Independent Scholars (NCIS); Miembro de American Literary Translators Association, y del Registro Creativo de la Asociación Canadiense de Hispanistas, ver Alicia Zavala Galván.




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miércoles, 25 de noviembre de 2015

LA RAÍZ DE TU SALIVA


LA RAÍZ DE TU SALIVA

                                                           Poema a Arminé Arjona.
 
 

Ciertas palabras vendrán un día
a mover tu laberinto de imágenes
para robarle a el lecho tu cuerpo
estremeciendo otras palabras.

Tu pelo más largo atravesará el silencio
de un viento que levante el agua del mar

He escuchado tu rostro
solventar tus argumentos
donde hay frases de recuerdo
que peinan remolinos

Por eso escucho tus sitios
antes que mi frase se encorve
y tan sólo quede un zumbido

Ciertas palabras buscan tu boca
y devoran tu respiración
al sentirlas en la carne tomando vida,
ciertas frases te reconocen
contra ti misma. Por otra sangre,
por otros libros, por otras frases.

Amanece y te buscan luchando
doblando esquinas
rompiendo el vidrio de tu ventana,
están aquí como un fantasma
en busca de un deslumbrante nacimiento,
te aman y se dejan caer sobre ti
como un hombre cegado por el deseo
de tu cuerpo,
deseando tocar tu fondo
para producir el vértigo.

No quieren ser susurros
no quieren otro espejo,
quieren arrojarse a tus manos,
detener la noche,
separar tus muslos,
quieren romperse en tu voz,
para despertar la raíz de tu saliva.

Ciertas palabras te miran
como un niño perdido y lloroso,
ciertas palabras ven en ti su vuelo,
rondan el alrededor
de su propio deseo. 



Susana Chávez- México


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martes, 24 de noviembre de 2015

PARÍS, 13-N



PARÍS, 13-N

Sobre París la muerte, la boca del gran Orco,
la noche interminable que no acaba en el alba.
Ojos, lirios abiertos al estupor del aire,
y un grito que es un trueno en la voz de los vivos.

Las rosas de la sangre, sin parar se suceden,
-demonios encarnados han tomado las calles-
se suceden los muertos con nombres y apellidos,
y es la luna una hoz extraña y asesina.

París, París, escucha mi verbo sin idioma,
mi lengua ametrallada que yace en tus escombros,
mi Dios no reconoce a esos viles sicarios.

Para la paz no existen caminos ni veredas,
la paz es el camino sin locura ni atajo.
Leed de pie mi esquela porque me llamo Francia.


María García Romero- España


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lunes, 23 de noviembre de 2015

TRACCIÓN A SANGRE



TRACCIÓN A SANGRE

cargo en mi cuerpo una mujer inválida que baila cuando duerme
trenza el cabello blanco de la muerte para ganarse su favor
como una novia ciega que deba conformarse
con la corta memoria de sus dedos
                              despierta cuando miente
lleva un cascote atado a la correa de la lengua
va removiendo un surco tras de mí
una continuación que me persigue como una cola de chatarra
                              se enciende cuando callo
cargo su enfermedad en la penumbra de mis huesos
                      su equipaje de anemia
                      su andamiaje de circo
la quiero al otro lado pero el puente se ha roto
la primera mitad no le interesa
la segunda es negada
vuelvo sobre sus pasos cada noche
para ocultar la huella cada día
como el guardián de un ancla que se oxida
un perro encadenado a un desierto de vidrio
lamiéndose la sombra



Laura Yasán- Argentina
Del poemario "Tracción a sangre".


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domingo, 22 de noviembre de 2015

TRAMPAS


TRAMPAS



-1-
Asomé la cabeza por el agujero.
El polvo lo había cubierto todo, el polvo de la arena, y la ligera humedad de la noche caían fuerte sobre la plaza, debilitando el resplandor de los reverberos, el ruido de los pasos, de los picos y las palas abandonadas después del trabajo, inmovilizando finalmente a los hombres que yo veía a lo lejos, al otro lado, fijos en ese polvo que cae de los árboles sacudidos por el viento.
Aunque no había ningún peligro: Aventuré una primera pata en el suelo.
Encima de mí, los diarios en los estantes del kiosco temblaban lentamente, hoja tras hoja, llenas aún del calor del día, abanicando a su vez los estantes mientras que subían de la tierra, como asordinados por la distancia, olores de fuegos lejanos, de mejorana, de jazmín, mezclados con fritanga y café.
Entré en los olores. Y a través de ellos me hice un camino, cavando mi huella paso a paso, rozando los muros, rasando el suelo, la nariz estremecida, entré en los olores y, olvidando toda prudencia, me revolqué en el polvo. Respiraba el polvo y la ceniza, de ellos llené mis pulmones, mis orificios y los vellos de mi piel, daba vueltas en todos los sentidos, pegado al suelo y rascaba con mis uñas más profundamente, buscaba el fondo de la arena, la frescura de la tierra y la savia de los plátanos cuando de repente caí en el hoyo, en una trampa que me tenían cavada en medio de la plaza, cubierta con aserrín, en el fondo donde ahora oigo cómo golpean ellos con sus palas, y percuten la tierra, la lanzan y la amontonan, juran, gritan, ruedan sus carretas, borran mis huellas y pisotean el suelo danzando sobre mi cabeza.
-2-
De pronto grité : el cielo había desaparecido
encima de mí sólo quedaba una capa sombría que amenazaba aplastarme, asfixiarme, encerrarme entre ella y la tierra en la que yo sentía que al dar un paso me hundía de nuevo, sumergiendo mis piernas en el musgo húmedo, chocándome contra los árboles y rozando los líquenes olorosos, avanzando, dando vueltas sin jamás pasar más allá de mí misma, enloqueciéndome con los ruidos lejanos del silencio que me rodeaban por todos los lados mientras buscaba un claro, las manos extendidas, tropezando a cada paso en la oscuridad, y buscaba una hierba seca para extenderme, husmeaba el suelo, quería detener el estrépito de la sangre en mis orejas, no temblar más, tranquilizarme, sentir bajo mis pies la tierra dura y no esta materia blanda donde sabía que estaban los otros al acecho, al fin me metí en las zarzas; y avanzaba, la nariz contra la tierra, arrastrándome en los arañazos y el calor de la sangre, en el olor húmedo de mi miedo, reptando entre las ramas hacia el fondo del túnel, profundamente, abriéndome paso hacia el alba, lejos, que me esperaba a la salida de la maleza donde me había sentado, cerca de los grandes árboles para lamer mis heridas.
No vi la red abatirse sobre mí. Se me levantó, la cabeza abajo, colgada de una pata, y allí mismo me pusieron a secar.
-3-
Ese día me agarraron y me maltrataron, me clavaron contra la puerta, me clavaron de la falda y del vientre y de la blusa, hincándome a martillazos las puntas en mi cuerpo, en mis brazos, en mis piernas, en el olor de mi sangre y los clamores que ardientemente ellos lanzaban, golpeando aún, a pesar de mis protestas, aún hasta la noche, contra la puerta en la que yací para alejar las bestias del bosque.
-4-
De este modo corría, galopaba y otra vez corría, la falda volando alrededor de las piernas, enloquecida bajo los reverberos, acosada por las miradas, bocas duras y dedos acusadores, tomada aún en el mismo lugar adonde yo quería huir, y corría de sombra en sombra, de árbol en árbol, sin cesar, tratando de respirar por encima de las cabezas, entre los altos hombros que se levantaban delante de mí, siempre más lejos, huyendo hacia la encrucijada, hacia el parachoques que por fin me hizo saltar de repente en el aire, contra el muro cubierto de mi sangre, negra sobre mi falda roja, petrificada en el suelo sobre el cual ellos caminan, ruedan, hablan sin detenerse jamás.
-5-
Y ahora olvido cómo corrí a través de las colinas, cavé la tierra seca y la arena, dormí en el fondo de los barrancos, babeando, las pistas revueltas, amontonadas las ramas, corrí de nuevo husmeando el olor fuerte de ellos, cuando se aproximaban, cuando gritaban y respiraban, olvido las piedras, la jaula y mi miedo, sus dedos levantados cuando me tomaron, atada, expuesta en la plaza y ahora me miran relamiéndose de gusto mientras que muy cerca de los otros preparan un gran fuego.


Odile Massé- Francia
Traducción: Pablo Montoya.


***** 

PIÈGES


-1-
J'ai passé la tête hors du trou.
La poussière avait tout recouvert, la poussière de sable, et la moiteur grise du soir pesait sur la place de toute sa force, affaiblissant la lueur des réverbères, le bruit des pas, des pioches et des pelles qu'on abandonne après le travail, immobilisant enfin les hommes que j'apercevais au loin, de l'autre côté, figés dans la poudre qui tombe des arbres après le vent.
A bien y regarder, il n'y avait aucun danger: j'aventurai une première patte sur le sol. Au-dessus de moi, les journaux à l'étalage du kiosque frissonnaient lentement, feuille après feuille, encore pleins de la chaleur du jour, éventant la devanture tandis que montaient de la terre, comme assourdies par la distance, des odeurs de feux lointains, de marjolaine, de jasmin, mêlées de friture et de petits cafés.
J'entrais dans les odeurs. Je m'y fis un chemin, creusant ma trace pas après pas, frôlant les murs et rasant le sol, narines frémissantes, j'entrai dans les odeurs et, oubliant toute prudence, je me roulai dans la poussière. Je respirais la poudre et la cendre, en emplissais mes poumons, mes orifices et les poils de ma peau, je tournais en tous sens contre le sol et grattais avec mes ongles plus profondément encore, je cherchais le fond du sable, la fraîcheur de la terre et de la sève des platannes quand tout à coup
je tombai dans le trou, dans un piège qu'ils avaient pour moi creusé au milieu de la place et recouvert de sciure, tout au fond où j'entends maintenant comme ils cognent avec leurs pelles, heurtent la terre, la jettent et l'entassent, jurent, crient, roulent avec leurs chariots, effacent mes traces et piétinent le sol en dansant sur ma tête.
- 2 -
Soudain je poussai un cri: le ciel avait disparu
ne restait plus au-dessus de moi qu'une chape sombre qui menaçait de m'écraser, de m'étouffer, de m'enfermer entre elle et la terre dans laquelle je sentais bien qu'à chaque pas je m'enfonçais encore, plongeant mes jambes dans la mousse humide, me heurtant au pied des arbres et frôlant les lichens odorants, avançant, retournant sur moi-même sans jamais passer au-delà, m'affolant aux bruits lointains du silence qui me cernait de tous côtés tandis que je cherchais une clairière, mains tendues, trébuchant à chaque pas dans l'obscurité, et je cherchais une herbe sèche pour m'y étendre, je flairais le sol, voulais arrêter le vacarme du sang dans mes oreilles, ne plus trembler, me rassurer, sentir sous mes pieds la terre dure et non cette matière molle sous laquelle je savais les autres à l'affût - enfin, je plongeai dans les ronces; et le nez contre la terre j'avançais en rampant dans les griffures et la chaleur du sang, dans l'odeur moite de ma peur, rampant entre les branches vers le fond du tunnel, profondément, m'y frayant un passage vers l'aube, loin, qui m'attendait au sortir des fourrés où je me suis assise près des grands arbres pour lécher mes blessures.
Je ne vis pas le filet s'abattre sur moi. Je fus enlevée tête en bas, pendue par une patte et mise à sécher sur place.
-3 -
Il y a eu ce jour où ils m'ont prise et malmenée, et clouée contre la porte, clouée par la jupe et le ventre et le corsage, plantant à grands coups de marteau les pointes dans mon corps, dans mes bras, dans mes jambes, dans l'odeur de mon sang et les clameurs qu'ardemment ils poussaient en cognant encore, malgré mes protestations, encore jusqu'à la nuit, contre la porte où je gis pour éloigner les bêtes de la forêt.
- 4 -
Ainsi je courais, galopais et courais encore, jupe volant autour des jambes, affolée sous les réverbères où l'on me traquait du regard, bouches dures et doigts pointés, encore prise à la même place d'où je voulais m'enfuir, et j'allais en courant d'ombre en ombre, d'arbre en arbre, sans cesse et cherchant à respirer au-dessus des têtes, entre les épaules haut levées devant moi, toujours plus loin, en fuite vers le carrefour, vers le pare-chocs enfin qui soudain me fit sauter en l'air, contre le mur couvert de mon sang, noir sur ma jupe rouge, figée au sol sur lequel ils marchent, roulent et parlent sans jamais s'arrêter.
- 5 -

Et maintenant j'oublie comme j'ai couru à travers les collines, creusé la terre sèche et le sable, gîté dans le fond des ravins, écumé, brouillé les pistes, amassé des branchages, couru encore en reniflant leur odeur forte comme ils s'approchaient, comme ils criaient et respiraient, j'oublie les pierres, la cage et ma peur, leurs doigts levés comme ils m'ont prise, ligotée, attachée, exposée sur la place et maintenant me regardent en se léchant les babines tandis que tout près d'autres préparent un grand feu.


Odile Massé- Francia


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Odile Massé, nacida en 1950 en Marseille, es un actriz, escritora y poeta francesa.


OBRAS:


Littérature


1986 : Alma Mater, Æncrages & Co
1991 : Vingt et un cannibales, Æncrages & Co
1992 : La Femme poussière, Manya
1992 : La Guerre de cent ans première semaine, théâtre, Presses universitaires de Nancy
1993 : L'Homme qui dort, illustrations de Julius Baltazar, Æncrages & Co
1997 : Tribu, Mercure de France
1998 : L'Eau du bain, L'Estocade, verbes & entailles
2002 : La Vie des ogres, Mercure de France
2004 : Manger la terre, Mercure de France
2005 : Ça le désordre, théâtre, avec Michel Massé, éditions de l'Amandier
2006 : La Traversée des villes, illustrations de Franck Hommage, Arbre vengeur
2008 : Jusqu'au bout, illustrations de Julius Baltazar, La Dragonne
2010 : La Compagnie des bêtes, tome 1, illustrations d'Olivier O. Olivier, La Pierre d'Alun
2011 : La Compagnie des bêtes, tome 2, illustrations d'Olivier O. Olivier, La Pierre d'Alun


Théâtre


1972 : Antigone, mise en scène de Guy Kayat, Théâtre Malakoff
1999 : Toïedovski, lecture entre chiens et fous, conception et mise en scène de Michel Massé, Théâtre de l'Est parisien
1999 : La Confession, collectif, mise en scène de Michel Didym, Festival d'Avignon
2005 : Ça le désordre, mise en scène de Michel et Odile Massé, Théâtre du Rond-Point


Cinéma


1982 : Vidéamour de Sylvain Resling
1987 : Imbuvable mais frais de E. Houzelot et Ph. Thomine
1988 : Quatre litres blues de Michel Massé
1992 : Express de Sylvain Resling
1992 : Histoire de ma douleur de Marie-Sophie Colas
2010 : Inong Bale, la légende des femmes guérilleros, documentaire de Marie-Sophie Colas (voix)


Fotografía: Retrato de la autora, Odile Massé




MIENTRAS TODO DUERME...




MIENTRAS TODO DUERME...

Mientras todo duerme,
honda,
pesadamente,
sin pesadillas,
pero sin sueños,
como organismos de alquiler
con vacancia pagada,
sin misión,
en tanto en el silencio que arrebataste
todo lo insignificante pierde su imagen,
los de la casa,
la calle,
la ciudad
y el farol
al que le da igual
bajo qué ángulo echa su luz
y en qué dirección hace girar las sombras,
en tanto el frío se infiltra
por las grietas del pensamiento
y tu vida parece
irreal y real al mismo tiempo,
tú pones música,
llenas la copa con el licor de los recuerdos
y vuelves a dar vuelta la página,

Mientras todo duerme
y trata de acurrucarse en sí mismo
tú sales
de tu prisión personal
y me escribes
al fin del mundo,
al otro extremo del planeta,
allí donde siempre es de mañana
cuando tú ya estás de noche,
y completamente al revés,
allí donde dejaste caer un collar de perlas
que alguien,
acaso desconocido,
de paso recogió
y contento se puso
sin pensar en el dueño
y su risa perdida.

Mientras todo duerme
sin la menor idea
de que justo por eso
abres tus ojos profundos
y las casillas secretas de tus pensamientos
postergados
envías un mensaje
a zonas que no te abandonan,
a un mundo congelado
de cálidos vientos pasados
y señales junto al camino
casi borradas,
allí donde te dejaste
al irte para encontrarte...

Mientras todo duerme
tú velas por mí,
el que otrora fue,
el primogénito
el único que es,
desterrado a precipios traspasados
a partidas forzadas,
a casillas y casilleros ocultos
por los recodos de la fortaleza frágil
que tiembla
ya al respirar
y qué decir del ventarrón,
de las tormentas y de los truenos,
te adentras por los recintos
que tú mismo arreglaste
creyendo que iban a ser la última morada,
áquella en la que se muere
definitivamente,
por voluntad propia,
y de una vez
para siempre...

Como en una complicada función
mal dirigida
todos tus personajes
salen juntos al escenario
y cada uno dice su texto por su parte
sin fijarse en la trama principal
y en las reglas generales de la dramaturgia.
Cada uno dirige
sus movimientos hacia tí
sin darse cuenta de que tú
ya no eres el autor del guión
ni el que determina el día
del estreno
y el número de las subsiguientes
funciones,
que es otro el que maneja los hilos,
detrás del telón,
completamente invisible,
implacable y mezquino.

Mientras todo duerme
sin la menor idea
de los acordes y de las notas
que llenan tus horas después de la medianoche
ni de las palabras
que inscribes en el infinito vacío
por la pantalla salvadora,
tú con imágenes pretéritas
y vagas nociones del futuro
recalientas el corazón cansado
que desearía descongelarse,
ensanchar los vasos sanguíneos
acelerar la circulación y captar el ritmo,
y le pides que deje de jugar
que te deje en paz
y que se parta en dos voluntariamente
mientras todavía tiene fuerzas para ello.




Duška Vrhovac- Serbia
Traducido del serbio por Silvia Monrós de Stojaković




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