sábado, 26 de septiembre de 2015

FICCIÓN



FICCIÓN

Una lágrima suspendida
en el vértice
hasta que rueda
y cae sobre el papel
Esa mirada
en los ojos apagados
exhibe ausencias
Palabras desdibujadas
circulan
La poeta calla:
y la fantasía
Las estrofas se opacan
Fisurada la magia
ya no quedan espejos
Vacía
espera la muerte.


Ana Romano- Argentina
De "Los insolentes fantasmas".







 

2 comentarios:

Gustavo Figueroa Velásquez dijo...

Un poema dramático en donde el Ser se dobla ante sus cuitas, las palabras le abandonan dejándolo mudo y expuesto a la tortura del silencio y la soledad; sólo la muerte parece ser el punto final a tanta angustia.
¡Tremendo poema!
Saludos desde Suecia.

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias, Gustavo, por tu enriquecedor comentario.

Un abrazo desde España
Ana