A un espacio infinito que tácitamente muestra sus barreras.
Encadenada a brazos legendarios que aprietan con gélidos comandos.
A un paso aventurero y al rumor de adioses que se quedan
impregnados a las paredes del alma.
Vivir sintiendo el peso de cadenas que no dan libertad
y te obligan a seguir el mismo deber día a día,
cargando dolores milenarios escondidos en la impunidad del tiempo.
De madre a hija, de madre a hija,
pecados impuestos por un mundo que te fuerza a inclinar la cabeza,
sin derecho a rebelarte,
pendiendo sobre ti el peso de la condena, la tortura o la muerte,
como si los siglos no hubieran pasado y todo fuera una cruel pesadilla.
Sin embargo, bajo el telón del progreso
estás ahí, desvalida, viviendo el ayer, la esclavitud del sexo,
encadenada a una privación injusta en el avance de la tecnología,
sufriendo la miseria que reglas masculinas han elaborado para ti.
Sin futuro,
como alimaña de carga, entregas a tus hijos
que se desparraman por un mundo desagradecido
y traspasas tus dolores a las hijas que seguirán los caminos del hombre,
imposición que se destaca en el Medio Oriente, África,
en las comunidades indígenas,
bajo las tiranías.
Encadenada a una existencia primitiva y aberrante
sin ver la luz, sin horizonte.
Un laberinto deshabitado de rincones para el descanso.
Una cárcel construida para ti
sin tu consentimiento,
ajena y desprovista de lo más elemental para subsistir
el rigor del suplicio.
Encadenada,
atada,
humillada.
Sin protección, sin voz ni lugar, siempre al paso del amo,
del hombre que te compró,
del que te cambia por un saco de trigo.
Del que se queda con tu inocencia.
Vas por un camino de ciegos, sordos y mudos
masticando tu desdicha,
lapidada públicamente por atreverte a amar.
Sometida a la circuncisión de tu clítoris a temprana edad.
¿Quién eres,
que recibes tantos vejámenes año tras año?
¿Cuándo acabarás por rebelarte en masa 1, protestar hasta el infinito,
dar vuelta a la moneda 2, tomar las riendas de tu vida?
¿Cuántas más de ti tendrán que morir sacrificadas,
en manos de un carcelero,
verdugo,
asesino?
¿Cuántos días de las madres faltan para que recibas
el trato afable, el respeto que mereces? ¿Las llaves de tu libertad?
Marianela Puebla- Chile
Notas:
1.- En el español de España la expresión chilena "en masa" significa en unión.
2.- En el español de España la expresión chilena "dar vuelta a la moneda" significa que las cosas cambien.
3 comentarios:
Francisca Avaria Muñoz 11:05
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Una terrible realidad estampada en letras dulces pero fuertes, llenas de vigor y motivación.
Muchas gracias estimada Francisca, un poema de una situación que poco cambia, cariños de Marianela.
Marianela:
Un grandioso poema. Ojalás las cosas hubieran cambiado más...sin embargo queda un largo camino por recorrer.
Un beso grande, amiga poeta
Ana
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