
POEMA DE NADIA ANJUMAN
No tengo ganas de abrir la boca
¿De qué debo cantar?
Yo, quien está odiado por la vida,
No hay diferencia de cantar o no cantar.
---------------
¿Por qué debo hablar de la dulzura?
Cuando siento yo tanta amargura.
Oh, el festín del opresor
Me tocó la boca.
No tengo ni un compañero en esta vida
¿Para quién puedo estar dulce?
No hay diferencia de hablar, reír,
Morir, ser.
Yo con mi soledad agotada
Con dolor y tristeza.
Nací para nada.
La boca se debe precintar.
Oh mi corazón, ya sabes que es la primavera
Y el momento para celebrar.
¿Qué debo hacer con un ala atrapada?
Que no me deja volar.
He estado callada por demasiado tiempo
Pero nunca me olvido la melodía,
Porque cada momento cuchicheo yo
Las canciones de mi corazón
Que me acuerdan del
Día que voy a romper la jaula.
Volar de esta soledad
Y cantar como un melancólico.
No soy un débil árbol de álamo
Que cualquier viento va a sacudir.
Soy una mujer afgana,
Así que sólo tiene sentido para gemir.
No tengo ganas de abrir la boca
¿De qué debo cantar?
Yo, quien está odiado por la vida,
No hay diferencia de cantar o no cantar.
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¿Por qué debo hablar de la dulzura?
Cuando siento yo tanta amargura.
Oh, el festín del opresor
Me tocó la boca.
No tengo ni un compañero en esta vida
¿Para quién puedo estar dulce?
No hay diferencia de hablar, reír,
Morir, ser.
Yo con mi soledad agotada
Con dolor y tristeza.
Nací para nada.
La boca se debe precintar.
Oh mi corazón, ya sabes que es la primavera
Y el momento para celebrar.
¿Qué debo hacer con un ala atrapada?
Que no me deja volar.
He estado callada por demasiado tiempo
Pero nunca me olvido la melodía,
Porque cada momento cuchicheo yo
Las canciones de mi corazón
Que me acuerdan del
Día que voy a romper la jaula.
Volar de esta soledad
Y cantar como un melancólico.
No soy un débil árbol de álamo
Que cualquier viento va a sacudir.
Soy una mujer afgana,
Así que sólo tiene sentido para gemir.
Nadia Anjuman- Afganistán
Traducción: Andrés Alfaro
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Nadia Anjuman era una poeta afgani y periodista que asistió la Universidad Herat. Se murió en 2005 de consecuencia de heridas a la cabeza a las manos de su esposo. Ella publicó un libro de poesía en 2005 se llama Gul-e-dodi (La flor grana). Por eso ganó a atención crítica en Afganistán igual como la del vecino Irán. Se creció durante el reinado del talibán donde ella y otras intelectuales femeninas leyeron secretamente la literatura prohibida como las obras de Shakespeare y Dostoevsky, un crimen castigado con la horca. Su memoria va a durar a través de su poesía.
http://www.mahmag.org/espanol/index.php?itemid=20
11 comentarios:
Este poema es tremendo. Tanto como la violencia que sufre que sufre la mujer afgana.
Lo comparto. Un abrazo
Comentar desde la silla de uno es muy fácil. Qué es "la violencia sobre la mujer afgana"? ¿Y ahora qué? ¿Alguien tiene una mísera idea de lo que realmente le pasa ahora la mujer afgana, después de la ocupación? ¿A los niños afganos? ¿A una parturienta que tiene que pasar un retén montado por la ocupación y la paranoia imperante ve que en vez de un bebé en la panza lleva una bomba y la ametralla?
El remedio fue mucho peor que la enfermedad.
Hermoso poema, Dios mío cuantas mujeres detrás de la opresión impune de un régimen maldito. Saludos. puertoarial.com
Querida Ana:
Temo se malinterprete mi comentario. Y temo porque lo más fácil sería decir que lamento enormemente tan oprobiosa miseria humana en la que están hundidas tantas y tantas persona (principalmente mujeres), en ese país.
Sin embargo, somos poetas, nos debemos a encontrar el valor de la poesía como forma de expresión y construcción de ideales, de sueños, de esperanza.
Considero que este poema tiene una intencionalidad por encima de la realidad vergonzante; intenta plantear que aún dentro de la desastrosa realidad, existen visos de vida infatigable que sobreviven al crimen mismo, al dolor extremo, a la crueldad inhumana.
Miro a la escritora como una flor que enaltece la virtud de ser mujer, de ser una luz inextinguible que transita a una vida mejor, pero no muere.
¡Gracias por esta oportunidad!
Mi sincero reconocimiento para ambas:
Arturo
María, Gavrí, Ricardo, Arturo, gracias por brindar vuestras opiniones en este espacio.
Abrazos
Ana
Impresionante poema. Me ha emocionado desde esa impotencia que sufre la mujer en estos lugares de la tierra. ¿Y qué podemos hacer para liberar a tantas mujeres y niños que viven en ese "nacer para nada"? La poesía sangra y no es fácil encontrar la dulzura... Gracias amiga por traernos a Nadia Anjuman.
Y esas situaciones no son sólo en ese país. Hay muchos países donde hablar es un delito.
Un abrazo
Ana
Y donde la violación de mujeres y de hombres es un arma de guerra que se emplea a mansalva sin que nadie se rasgue las vestiduras, porque claro, tanto africano con tanto diamante y tanta riqueza mineral, mejor si dejan de ocupar territorios que podrían servir mejor a la genialidad mercantilista de los blancos ¿no?
En la República del Congo, hay un hospital destinado exclusivamente, pero exclusivamente, a reconstituir el aparato genital femenino, si es que se consigue hacerlo, debido al tipo de violación al que se somete a las mujeres, intentando que tal o cual etnia no se reproduzca. Cuchillos que las despedazan por dentro, botellas rotas, maderas cortadas en pico de flauta y hasta el caño de los fusiles. Todo sirve.
A los hombres se los mutila y se los somete a violación también. Se les amputan las manos (según la vieja costumbre impuesta en la época en que Congo no era república) de un certero golpe de machete. Lo mismo se hace con las piernas y se los deja ahí, a la buena de los buitres, para terminen la faena.
Lo único que sirve en ciertas partes son los niños, porque se reclutan para soldados y como son obedientes y en cierto modo inconscientemente lúdicos, da igual si son niños o niñas (las niñas mejor, sirven también para cocinar y mantener tranquilo el sexo de la tropa).
¿Alguien quiere saber más?
Invitaría a quien tuviera estómago a pararse en un retén de Afganistán, para saber lo que les pasa AHORA a las jovencitas.
El sexo es un arma de guerra y hablar también es un arma de guerra, pero el problema es lo que el mundo está "dispuesto a escuchar" en cada una de las situaciones que se plantean.
A las afganís ahora, no las escucha ni Alah, pero cuando estaban los talibanes, como convenía el asunto, el mundo tenía no orejas, radares.
¿Alguien oyó hablar del uranio empobrecido que arruinó todas las generaciones venideras de Irak? Los monstruos que nacen en Irak son dignos de un museo. Chernobyl quedó hecha un poroto al lado de lo que pasó en Irak.
¿Alguien se enteró?¿Alguien habla de como se sienten esas mujeres musulmanas que paren mosntruos y parirán monstruos hasta que su raza se acabe?
¿Qué es el silencio, señores?
Hola, gracias por tu aportación, Gavrí.
Abrazos
Ana
Acabo de leer "La piedra de paciencia" de Atiq Rahimi. La obra la dedica a Nadia Anjuman, poeta muerta a manos de su marido. La novela es muy dura por tratarse de una mujer a la que la sociedad ha anulado. Su vida ha sido en la sombra. Sus secretos solo puede contarlos cuando ya no puede oirla su marido. Una obra para reflexionar en la muerte de las mujeres en nuestro mundo injusto y desigual.
Gracias, María Teresa:
A ver si consigo la novela y la leo yo también. Me parece sumamente interesante.
Abrazos
Ana
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