sábado, 7 de abril de 2012

MAYA


MAYA

Desciendo los peldaños de siglos y de arena
Que el instante angustiado conducen hacia ti
Tierra de templos de oro, en tu fábula entro
Atlántico adorado.

De un cuerpo ya no mío que la llama rehuye
Caro nombre es el Alma, que detesta el destino —
Que se detenga el tiempo, que se hunda la trama,
Sobre mis pasos vuelvo al abismo infantil.

En el viento los pájaros hacia el marino oeste
Vuelan, hay que volar, dicha, al verano antiguo
Sumido en sueño allí donde cesa la orilla
Rocas, el canto, el rey, árbol que el viento mece,
Astros de antiguo unidos a mi rostro primero,

Extraordinario sol de calma coronado.


Catherine Pozzi- Francia
Versión de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán

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MAYA

Je descends les degrés de siècles et de sable
Qui retournent à vous l'instant désespéré
Terre des temples d'or, j'entre dans votre fable
Atlantique adoré.

D'un corps qui ne m'est plus que fuie enfin la flamme
L'Âme est un nom chéri détesté du destin —
Que s'arrête le temps, que s'affaisse la trame,
Je reviens sur mes pas vers l'abîme enfantin.

Les oiseaux sur le vent dans l'ouest marin s'engagent,
Il faut voler, bonheur, à l'ancien été
Tout endormi profond où cesse le rivage
Rochers, le chant, le roi, l'arbre longtemps bercé,
Astres longtemps liés à mon premier visage,

Singulier soleil de calme couronné.


Catherine Pozzi- Francia
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Catherine Pozzi nació en pleno corazón de París, en el número diez de la Place Vendôme, el 13 de julio de 1892.

Su padre era un célebre cirujano de origen protestante, creador de la ginecología, senador y poeta parnasiano; su madre, una rica heredera de una de las principales familias católicas de la burguesía lionesa. Según el señor Painter, siempre fiel a su afán de buscar un modelo para cada uno de los personajes de À la recherche du temps perdu, Proust se habría inspirado de Samuel Pozzi, colega de su hermano Robert, para su pretencioso y torpe doctor Cottard. Sea como sea, desde su niñez Catherine Pozzi se encontró inmersa, gracias al frecuentadísimo salón de sus padres, en el inteligente y no poco mundanal ruido del medio más selecto de las letras parisinas. A los diez años comenzó a escribir un Diario que continuó hasta su muerte y que fue publicado por primera vez en 1987. Tras una adolescencia marcada por una serie de crisis decisivas, familial, sentimental y religiosa, se casó en 1909 con Edouard Bourdet quien muy pronto se transformó, debido a una obra de teatro en que pintaba el fracaso de su matrimonio, en uno de los dramaturgos con más éxito de aquella época. El progresivo alejamiento de su marido, el nacimiento de un hijo, y la entrada de la tuberculosis en su vida, provocaron un cambio radical en la existencia de esta joven mujer célebre ya por su elegancia: Catherine Pozzi se dedicó entonces de lleno a los estudios y adquirió una tan vasta como inesperada cultura en ciencias, filosofía e historia de las religiones, que produjo, a menudo, la admiración y aun el espanto de sus contemporáneos.

Fue en junio de 1920 cuando tuvo lugar el encuentro fundamental de su vida: conoció a Paul Valéry con quien mantuvo, durante casi nueve años, una tormentosa relación tanto amorosa como intelectual. Ya gravemente enferma, se dedicaba por entonces a la composición de un ambicioso ensayo literario al que había llamado "De libertate". De este libro que nunca llegó a terminar y que consideraba la justificación de su existencia, sólo fueron publicados extractos con el evocativo título de "Peau d'Âme", un año después de su muerte.

En 1927, Jean Pauhlan publicó en la prestigiosa Nouvelle Revue Française, firmado por un cierto C.K., un relato, Agnès, que suscitó la curiosidad y la admiración de sus contemporáneos. En 1929, Pauhlan volvió a publicar en la N.R.F., pero esta vez con el nombre de Karin Pozzi, un poema de una inusual perfección: Ave.

Fue solamente en los últimos años de su vida que Catherine Pozzi escribió los seis poemas que han hecho de ella una de las voces más altas, solitarias y misteriosas de la poesía francesa del siglo XX. En noviembre de 1934, sólo unos días antes del fin, dejó anotado en su Diario: "He escrito Vale, Ave, Maya, Nova, Scolopamine, Nyx. Querría que se hiciese una plaqueta con ellos. No fue con más palabras que Safo ha atravesado el tiempo".

Catherine Pozzi murió en París, el 3 de diciembre de 1934.
Fotografía: Retrato de Catherine Pozzi

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