lunes, 5 de marzo de 2012

LA OTRA ORILLA


LA OTRA ORILLA

Algún día, cuando el aire pese como tierra sedienta sobre los cuerpos desnudos,
tal vez alcance a ser la voz de aquel peregrino que enmudeció o el agua que,
gota a gota, resbala por su pecho. Él nunca estuvo en la otra orilla pues sabe
que allí los dioses duermen en el polvo. Y sabe que cuando un hombre por azar
se duerme en la otra orilla -ese lugar que siempre ocupó la mirada-
ellos se despiertan y se contemplan en él. Si ese hombre, entonces, se despierta,
se convierte en espejo y estalla con el sol.


Chantal Maillard- Bélgica
De "La otra orilla" 1990

2 comentarios:

Verónica Calvo dijo...

Qué poema más hermoso.
Me ha gustado, tiene fuerza y misterio.

Besos

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Verónica.

Sí, es un poema enigmático que nos introduce en otra visión de las cosas diferente a la cotidiana.

Un abrazo fuerte
Ana