jueves, 20 de junio de 2013

AUTORRETRATO EN EL ESPEJO CONVEXO


AUTORRETRATO EN EL ESPEJO CONVEXO

En el cuadro hay un niño sonámbulo, pero no se puede
saber si camina o vuela. El movimiento de la retina
no quiere terminar el juego de lo que reposa o se alza.
El hilo de luz crea una transparencia en la mano que hace
ver su anillo. Parmigianino es capaz de refractarse.
En el cuadro hay una niña sonámbula,
pero no se puede saber si camina o vuela.

Convergencias. Fluir desde el riesgo de una mañana
anónima. Los niños entran en la cámara lúcida y se
dan la mano. Un día nos veremos al otro lado del
prisma, abriéndonos caminos en territorios lúdicos.

Habítame en ellos.
*
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Carlota Caulfield- Cuba
*
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2 comentarios:

Luna de Cristal dijo...

hermoso, fluye como un juego mágico que permite esas convergencias.
un abrazo. Marisa Aragón Willner

Ana Muela Sopeña dijo...

Luna, me encanta que este poema te haya gustado.

Un fuerte abrazo
Ana