miércoles, 14 de septiembre de 2011

DESPEDIDA






DESPEDIDA

Te irás del sótano
salino de mi carne.
Ya no estaremos nunca tan cerca como ahora.
Yo seguiré cantando mi gravedad marina,
domeñando el rugido de tierra de tu parto
hasta llenar la estancia tan alba del vacío
con tu ser deslumbrante.
Ese cordel de sangre del centro de tu talle
lo cortarán.
Jamás serás de nuevo mi cometa secreto,
el capullo de rafia,
el cosmonauta asido a mi matriz.
Cortarán ese lazo de savia sin regreso
y llevarás por tanto mi nombre sobre el vientre
como un botón rosado,
allí donde mi amor
no pudo más e imprime
su cóncavo dedal de despedida.
Ya no estaremos juntos como juntos estamos,
atados como liquen. Vas a nacer. Por siempre
soy tu animal materno.
Donde quiera que vaya la hoguera de tus pasos
tenderé una señal,
un eslabón de viento,
un trazo que nos ate más allá de la tierra,
un dibujo invisible que nada lo lacere.
Un rayo interminable donde mi amor transite
y viaje de mis senos a tu boca candente.
Un rayo que yo pueda ponerme entre los labios
cuando su azul letargo me tienda al fin la muerte.


Ana Istarú
De "Verbo madre" 1995



Fuentes de Documentación

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay nada mas materno que una madre ni nada mas querido que un hijo, fue un placer leer tu poema.
Desde los mares plateados de Jaén recubiertos de un verde olivar fue un honor palpitar en tu blog un saludo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Miguel:
La verdad es que el poema es precioso y te agradezco mucho tu paso por este blog de Poesía de mujeres.

Un saludo desde la poesía y la belleza de la palabra.
Ana

Concha Vidal dijo...

Un verdadero regalo para los sentimientos, este poema.

Un canto a la vida, un canto al parto y un canto de la madre, al hijo que pare y entrega al mundo.