lunes, 6 de junio de 2011

NUESTRA CASA



NUESTRA CASA

¡Nuestra casa amor, la casa nuestra!
¿Dónde está amor, que no la veo?
¡En locura de mi fantasía, en brasa
mi sueño, la construí en un instante!

¿Dónde está, amor, nuestra casa,
El bien que mas envidio en este mundo?
¿El tierno nido,donde nuestro beso
será más puro y dulce que un ala?

Sueño, que tú y yo, dos pobrecitos,
andamos de manos dadas por los caminos,
en medio de un rosal, en un jardín.

En un país de ilusión, que nunca vi...
Y que yo vivo_ ¡que lindo! _ dentro de ti,
y tú, amor mío, dentro de mí...

Florbela Espanca- Portugal

Traducción : Héctor Eliseo Escobar López
Fundación editorial El perro y la rana
Caracas - Venezuela


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A NOSSA CASA

A nossa casa, Amor, a nossa casa!
Onte está ela, Amor, que não a vejo?
Na minha doida fantasia em brasa
Costrói-a, num instante, o meu desejo!

Onde está ela, Amor, a nossa casa,
O bem que neste mundo mais invejo?
O brando ninho aonde o nosso beijo
Será mais puro e doce que uma asa?

Sonho... que eu e tu, dois pobrezinhos,
Andamos de mãos dadas, nos caminhos
Duma terra de rosas, num jadim,

Num país de ilusão que nunca vi...
E que eu moro - tão bom! - dentro de ti
E tu, ó meu Amor, dentro de mim...


Florbela Espanca- Portugal



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Una de las escritoras más fascinantes de Portugal es Florbela Espanca. Nació en Vila Viçosa en 1894 y se suicidó en 1930. En el país vecino es una auténtica gloria nacional: no es tan conocida como Pessoa o Torga, pero a nadie le ha pasado inadvertida su figura, tan atormentada, tan infeliz y tan lúcida, ni mucho menos su obra poética que alcanza su cumbre en el soneto y, en cierto modo, en su copioso epistolario. Como le sucedió a Rilke. Por su existencia, tan llena de sombras y de espantos, Florbela Espanca pertenece a ese grupo de mujeres herido por el dolor, la soledad y la desesperación. Pensemos en Delmira Agustina, en Alfonsina Storni, en Rosalía de Castro, en Anne Sexton, en Silvia Plath o Alejandra Pizarnik, cuyas existencias fueron un combate constante contra las circunstancias adversas que les rodearon y contra sus propios fantasmas. Contra las negras sombras. Las semejanzas, de partida, entre Rosalía de Castro y Florbela Espanca son curiosas: a ambas tardó en reconocerlas su propia madre; la de Florbela Espanca trabajaba de asistenta en la casa de su padre, Joao Maria Espanca, un personaje de rango que era fotógrafo, pintor y pionero de la cinematografía en Portugal, y la esposa de éste figuró como su madrina. Florbela estudió pintura, música, fue una gran lectora y con sólo ocho años compuso su primer soneto, que iba a ser su modalidad preferida. Tuvo una vida presidida por la insatisfacción y el amor: se casó tres veces y, salvo en los momentos iniciales del fervor, siempre se sintió desgraciada. Padeció numerosas enfermedades, varios abortos que acentuaron su sentido melancólico y, en medio de las vanguardias (y de la obra de Mario de Sa-Carneiro, Pessoa, Teixeira de Pascoaes, etc.), eligió un camino personal, solitario: la lírica amorosa, en cierto modo intemporal, intensa, ardiente, de una sensualidad tangible, que acabó desplazándose del paisaje y de la cosmovisión hacia el placer, la carne y la entrega. Olifante publicó hace algún tiempo “Las espinas de la rosa” (2002), una selección de sonetos que ha traducido con solvencia y en versión rítmica Ángel Guinda.

Antón Castro ( 28.12.2005)

http://antoncastro.blogia.com/



Fuentes de documentación

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